Jueves, 1 noviembre 2012
ASTRONOMÍA
Hace unos días se anunció el
descubrimiento de un insólito caso de planeta que está en órbita alrededor de
dos estrellas en un sistema estelar de cuatro soles. El hallazgo pone en tela
de juicio los límites atribuidos hasta ahora al escenario apto para la formación
y evolución de planetas en órbita a una estrella.
Sólo se sabe de seis casos de un planeta en
órbita alrededor de dos estrellas, y en ninguno de esos casos hay soles
distantes en órbita al sistema. El caso ahora encontrado es el primero de su tipo.
El espectacular descubrimiento se ha hecho
gracias a un proyecto, vía internet, de ciencia ciudadana (investigaciones
científicas realizadas con la ayuda de voluntarios sin preparación técnica),
dedicado a analizar los datos reunidos por la misión Kepler de la NASA. Este
telescopio espacial ha estado buscando exoplanetas (planetas ubicados fuera de
nuestro sistema solar) desde su lanzamiento al espacio en Marzo de 2009.
El proyecto, llamado Planet Hunters (Cazadores
de Planetas), cuya web es www.planethunters.org, está abierto a la participación de cualquiera que lo desee. Usuarios
de internet de todo el mundo pueden ayudar a los astrónomos profesionales en su
búsqueda de planetas similares a la Tierra.
Planet Hunters se creó hace apenas dos
años, y ya cuenta con muchos miles de voluntarios, que hacen un trabajo
encomiable. Debido a la gran cantidad de datos que ahora están disponibles
gracias a la misión Kepler, los astrónomos se ven obligados a recurrir a los
ordenadores para que éstos les ayuden a ordenar los datos y a identificar
posibles planetas. Pero los ordenadores sólo son buenos para encontrar las
cosas específicas que se les enseña a buscar, mientras que el cerebro humano
tiene la capacidad de reconocer patrones inesperados, e inmediatamente detectar
lo que es extraño o único, mucho mejor de lo que se les podría enseñar a hacer
a las máquinas.
Después del trabajo de identificación previa hecho por los voluntarios, un equipo internacional de astrónomos profesionales
dirigido desde la Universidad de Yale, ha identificado y confirmado el hallazgo
de este orbitalmente singular planeta, que ha recibido el nombre de PH1, y al
que se define como un planeta circumbinario en un sistema de cuatro estrellas.
PH1 es un planeta gigante gaseoso con un
radio de alrededor de 6,2 veces el de la Tierra, lo que lo hace un poco más
grande que Neptuno.
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