A PARTIR DEL 21 DE MARZO DE 2013
Imposible de describir. Sea cual sea el escenario consciencial y el plano
alternativo de realidad que elijas, no es posible ni siquiera esbozar con
palabras lo que acontecerá en ti y desde ti a partir del 21 de marzo, del
momento en el que la Metamorfosis sea Plena y Real. Y el mundo será
aparentemente el mismo, pero todo será radicalmente distinto. Recuerda de nuevo
el ejemplo de la oruga convertida en mariposa: al salir de la crisálida, el
mundo exterior es el mismo, pero ¡cuán diferente es para ese ser vivo que antes
reptaba en él como oruga y ahora vuela cual mariposa.
Nada sobra ni falta, todo es Perfecto.
Lo primero que notarás es que has adquirido perspectiva. Desde ella,
comprobarás que nada sobra ni falta ni en ti, ni en nadie, ni en nada. Te
percatarás de que no hay diferencia ni dualidad alguna entre lo físico y lo
espiritual, lo interior y lo exterior, lo material y lo trascendente, lo
individual y lo colectivo, lo personal y lo social. Percibirás claramente que
todas las experiencias, del tipo y “color” que sean, tiene un por qué y un para
qué en un inconmensurable Orden Natural de Amor donde todo fluye, refluye y
confluye en la Perfección de cuanto Es. Constatarás que nada tiene que cambiar
ni en ti ni en nada porque Todo es Perfecto. Y vivirás y sentirás todo ello de
un modo absolutamente ajeno al intelecto. La Búsqueda habrá cesado y todo deseo
o renuncia habrá quedado detenido. Y libre de apegos y desapegos, te reirás a
carcajadas de ti mismo rememorando cuando experimentabas la vida ansiando la
Iluminación. Serás ya plenamente consciente de que siempre has sido y estado
“Iluminado” y que la Iluminación consiste, precisamente, en darse cuenta de la
radical innecesariedad de la Iluminación.
Lo vivido fue un sueño, sí, pero fue real porque como real se vivió. Recordarás tu Propósito de Vida –el que te llevó a encarnar en la vida física actual- y tu Propósito de Encarnación –el que te trajo a este plano y a este mundo- y verás las experiencias en él vividas como si formaran parte de un sueño que ya quedó atrás. Es como si al salir de la piscina y secarte, el hecho de que estuviste dentro de ella y mojado te pareciera un sueño.
Y es que, efectivamente, la Experiencia de Ser en
el plano humano ha discurrido hasta ahora en el marco de la ensoñación: no
Viviendo la Vida, sino soñando una vida individual, separada y fragmentada en
un escenario: la Matriz Holográfica o Gran Teatro del Mundo.
Pero siendo esto cierto, no lo es menos que lo
vivenciado en el sueño lo llevas incorporado a tu bagaje experiencial. En la
piscina tragaste agua y sentiste ahogo, nadaste en los distintos estilos y
modos posibles, buceaste de mil maneras,… y todo ello se ha incorporado a ti, a
tu consciencia, a tu ser y a la Experiencia de Ser.
Inocencia
Consciente
Debido a ello, no sólo recuperarás la Inocencia
(activación del Niño Interior), sino que gozarás de una Inocencia Consciente.
Un bebe vive en Inocencia, pero de manera
inconsciente. Tú habrás vuelto a la Inocencia primigenia, pero será ya una
Inocencia Consciente derivada de lo vivenciado y experienciado en tu
encarnación en el plano humano y en Tercera Dimensión. Entenderás entonces
perfectamente el papel de ésta en la Creación y la capacidad creadora que has
desplegado durante tu encarnación en ella.
Ver el “Rostro de Dios”: Namasté.
La Inocencia Consciente te posibilitará contemplarte a ti mismo como lo
que eres: Amor. Y te permitirá ver el “Rostro de Dios”, que significa percibir
con claridad la Perfección de cuanto Es y como Dios es cada uno de nosotros y
es todos y Todo.
La expresión “Namasté” (el Dios que soy yo reconoce, saluda y reverencia
el Dios que eres tú.) habrá dejado de ser una palabra, una elaboración
intelectual, para transformarse en la más genuina expresión de la Unicidad en
la que habrás volcado tu “yo”.
La Felicidad es nuestro
Estado Natural. Y en tal estado de Gracia, serás consciente de que la Felicidad es tu
Estado Natural. Gozarás de la Felicidad “sin razón alguna” y formarás parte
activa de la Nueva Tierra, siendo a la vez semilla de la Nueva Humanidad.
Nueva Humanidad en la
Nueva Tierra
Una Nueva Humanidad a la que se irán incorporando todos los seres
humanos que experiencien lo hasta aquí resumido bien en las fechas reseñadas y
al unísono con la Metamorfosis de la Tierra y la culminación de su tránsito por
un Puente de Einstein-Rossen, bien posteriormente en el marco de las replicas
que tal Puente tendrá en cada ser humano. La puerta permanecerá abierta para
experienciarlo durante un periodo de tiempo cuya duración se desconoce (“no
sabréis ni el día ni la hora”), pero que, en terminología de Tercera Dimensión,
abarcará décadas. Y el nuevo escenario de Primavera Consciencial permitirá,
como ya se señaló que los micro impulsos conscientes individuales creen,
mediante clusters de ondas, grandes eventos como los citados Puentes. Todo ello
en consonancia con el proceso de cada cual y llevando en libre albedrío a
distintos escenarios conscienciales y dimensionales.
Y cuando la “puerta se cierre”, habrá concluido
el anclaje del Cielo en la Tierra (en expresión cristiana, acontecerá la
Segunda Venida de Jesús) y cada dimensión espiritual encarnada en ser humano
vivirá donde en libre albedrío haya decidido: en la Nueva Tierra, que no será
de Tercera Dimensión, o en otro mundo cuya frecuencia vibracional sí sea
tridimensional. Así, los seres humanos que hayan realizado la Metamorfosis
configurarán la Nueva Humanidad en la Nueva Tierra. Por el contrario, los que
libremente opten por no efectuar la transformación consciencial, deberán seguir
su existencia y encarnación en otro planeta de Tercera Dimensión de los muchos
que hay en este Universo.
Nacer de Nuevo
Todo lo expuesto puede y debe ser resumido como una especie de “Muerte
en Vida” para experiencia la “Resurrección en Vida” y el “Nacer de Nuevo”, que
no es algo físico, por más que ocasionen una Metamorfosis tan profunda que es,
a la vez,
interior (espiritual, consciencial) y “exterior” (de los componentes
biofísicos y energenéticos de la corporeidad material por medio de la
alteración, desdoblamiento, distensión y transmutación del ADN, que el ser
humano tiene impreso en cada una de sus células). Y tampoco caben en palabras,
pues su naturaleza y esencia, al hilo de lo que acaba de exponer, no pueden ser
pensadas (soñadas) ni vislumbradas mientras se permanece en el sueño.
No obstante, Cristo Jesús ofreció algunas pistas importantes al respecto
en su charla con Nicodemo (Juan, 3, 3-7): “-En verdad, en verdad te digo: el
que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios Le dijo Nicodemo: -¿Cómo
puede un hombre nacer siendo viejo?. ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el
seno de su madre y nacer?. Le respondió Jesús:-En verdad, en verdad te digo: A
menos que uno no nazca de Agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de
Dios (…). Vosotros tenéis que nacer de nuevo”.
Lo que sí sabemos, por la experiencia de los que
lo han vivenciado, es que, tras nacer de nuevo, se notan inicialmente
sensaciones de vértigo y vacío. La razón es muy sencilla: tras Despertar, los
parámetros, las pautas y el “sistema de creencias” que se han tenido durante el
sueño –y que han llevado al Despertar- dejan de ser válidas y requieren de un
nuevo formato porque ahora se experiencia una realidad que es “Real”, no ficticia
como la que se percibió durante la ensoñación.
Pero no hay que inquietarse, sino alegrarse,
pues, con confianza en la Providencia, esas sensaciones pronto quedan atrás y,
en su lugar, surge algo espléndido: constatar que vivir lo “Real” impulsa irrefrenablemente
a vivir en el Aquí y Ahora. Esto, que en el sueño costaba tanto esfuerzo, es la
vivencia natural en lo “Real”. Y esta vivencia hace explosionar el Amor que
Somos y Todo Es, ya que el Aquí y Ahora se manifiesta como el espacio donde
fluye el Amor y en el que el Amor acaricia y abraza cuanto existe, incluido a
uno mismo, si bien este concepto y noción empieza rápidamente a diluirse.
Y para seguir avanzando en lo que nacer de nuevo
representa y supone hay que volcarse en el Corazón. Hay que desplegar en el
interior la Bandera Blanca de la Rendición (la Aceptación absoluta de cuanto es
y tal como es), centrarse en el Silencio Mental e Interior, abandonar para
siempre las disquisiciones y diatribas intelectuales y conceptuales y Vivir y
Escuchar desde el Corazón.
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