Aportado por : Raquel Cáceres
Todas las mujeres bellas son las que yo he visto, las que
andan por la calle con abrigos largos y minifaldas, las que huelen a limpio y
sonríen cuando las miran. Sin medidas perfectas, sin tacones de vértigo. Las
mujeres más bellas esperan el autobús de mi barrio, o se compran bolsos en
tiendas de
saldo. Se pintan los ojos como les gusta y los labios de carmín de chino.
Las flores del desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los ojos, que te acarician las manos cuando estas triste, que pierden las llaves al fondo del abrigo, las que cenan pizza en grupos de amigos y lloran solo con unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al viento.
saldo. Se pintan los ojos como les gusta y los labios de carmín de chino.
Las flores del desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los ojos, que te acarician las manos cuando estas triste, que pierden las llaves al fondo del abrigo, las que cenan pizza en grupos de amigos y lloran solo con unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al viento.
Las bellezas reales son las que toman cerveza y no miden
cuantas patatas han comido, las que se sientan en bancos del parque con bolsas
de pipas, las que acarician con ternura a los perros que se acercan a olerlas.
Las preciosas damas de chándal de domingo. Las que huelen a mora y a caramelos
de regaliz.
Las mujeres hermosas no salen en revistas, las ojean en el
medico, y esperan al novio ilusionadas con vestidos de fresas. Y se ríen libres
de los chistes de la tele, y se tragan el fútbol a cambio de un beso.
Las mujeres normales derrochan belleza, no glamour, desgastan
las sonrisas mirando a los ojos, y cruzan las piernas y arquean la espalda.
Salen en las fotos rodeadas de gente sin retoques, riéndose a carcajadas,
abrazando a los suyos con la felicidad embotellada de los grandes grupos.
Las mujeres normales son las auténticas bellezas, sin gomas
ni lápices. Las flores del desierto son las que están a tu lado: Las que aman y
las que amamos: Solo hay que mirar mas allá del tipazo, de los ojazos, de
las piernas torneadas, de los pechos de vértigo. Efímeros adornos, vestigios
del tiempo, enemigo de la forma y enemigo del alma. Vértigo de divas, y llanto
de princesas.
La verdadera belleza esta en las arrugas de la felicidad...
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