viernes, 8 de febrero de 2013

NAMASTÉ



Namasté, su significado proviene del sanscrito, se utiliza para saludar, despedirse, mostrar respeto, rezar, meditar, para todo lo bueno en general.

Namaste tiene un amplio uso a lo largo de Asia como un saludo de encuentro o despedida, generalmente tomado como una expresión de buenos deseos. También representa la creencia de que cada uno de nosotros tiene una chispa divina en su interior localizada en el chakra del corazón. En términos más simples, se toma como un humilde hola que sale directo del corazón, ajeno a todo mal pensamiento.

Se efectúa juntando las dos palmas de las manos normalmente al pecho (posic. anjali), o un poco más arriba como debajo de la barbilla, delante del corazón, e inclinando ligeramente la cabeza. Este gesto es un mudra; una posición simbólica de las manos muy difundida en las religiones orientales. Una mano representa la naturaleza más alta, espiritual, mientras la otra representa el ego mundano. La persona que hace el gesto de unir las dos manos está intentando eliminar sus diferencias con otros, y se conecta con la persona a la que reverencia. La inclinación es una inclinación simbólica de amor y respeto.

Hay varios gestos Namaste con distintos significados.
En India se dice Namasté popularmente, cuando se quiere ser muy formal se dice Namaskar.
La palma derecha equivale a las pies de la Divinidad o las cosas elevadas o sagradas y la palma izquierda somos nosotros o la parte superior de la cabeza que representa el ego, la materia, lo mundano. Al unirse las manos se unen las polaridades divinas y materiales en nosotros.

En Japón se llama Gassho y la reverencia es mas pronunciada. No se dice palabra alguna normalmente. Gassho significa las palmas de las manos juntas. Es considerado un mudra de meditación, oración y realización espiritual dentro del zen.

En occidente al juntar las manos se hace para rezar o suplicar a la Divinidad, pero cada vez más tiene una connotación más profunda y se llega a entrelazar los dedos para ponerle mucho más fuerza. Occidente cada vez penetra más en la profundidad de la espiritualidad.

En el yin y yang, la mano izquierda representa la polaridad femenina y la derecha la masculina. Al unirse ambas se origina un gran poder, que sirve tanto para protegerse contra toda energía malsana como para ofrecer nuestra armonía a los demás.

El conjunto del gesto del Namaste se desarrolla en tres niveles: mental, físico y verbal.
Traducido en un acto físico, el namasté es muy rico en simbolismos. En primer lugar la buena ejecución de namasté exige que se mezclen los cinco dedos de la mano izquierda exactamente con los dedos de la mano derecha. La importancia de este simple gesto, en realidad, regula el conjunto de nuestra vida activa. Al combinar los cinco dedos de cada mano, se alcanza un total de diez: la perfección para la tradición.
En el sistema de Pitágoras, diez era el símbolo de toda creación. En la antigua China se pensaba que el número diez era el número perfecto. En conclusión, el número diez es un símbolo de perfección, misticismo y al mismo tiempo de terminación de la unidad.
Los cinco dedos de la mano izquierda representan los cinco sentidos del karma, y los de la mano derecha los cinco órganos del conocimiento. Por lo tanto, significa que nuestro karma debe estar en armonía, y que debe ser regulado por la rectitud y el conocimiento, incitándonos a pensar y a actuar correctamente.

El Namaste no necesita una ocasión determinada. Se puede hacer en cualquier lugar, en cualquier momento, sin ningún ritual ni condición previa. Es un saludo instintivo e incondicional a la creación.

"Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos uno". 

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