Poesía de: Jorge Oyhanarte
¿Qué ves… cuando te ves en el espejo…?
¿En dónde se detiene tu mirada…?
¿Acaso se te queda congelada
en lo que no te gusta del reflejo…?
¿Se te hace inevitable ese cotejo
con quién has sido hasta hace un tiempo atrás…,
y en cada nueva arruga pertinaz,
sientes que tu combate es desparejo…?
¿O tal vez se presenta un dolor viejo
en la sombra que vaga por tus ojos…,
y en esa crispación de los enojos
que cruzan con su tajo tu entrecejo…?
Y es que a veces, amigo, los espejos
ofician como puertas giratorias…,
y pueden conducirte a las memorias
de tus antiguos traumas y complejos…
Pero si haces a un lado esos manejos
del ego que te acecha en duplicado,
y te entregas, tenaz y concentrado,
a escrutar tu verdad sin aparejos,
podrás ver desfilar -como un cortejo-,
destellos de tus vidas anteriores:
¡un compendio de todos tus dolores
que se mezclan con todos tus festejos!
Y sentirás de pronto, allí, perplejo,
que nada en tu existencia fue casual…,
-mientras te observan, tras de su espiral,
los personajes de tus roles viejos-.
Aunque si miras más profundo y lejos…,
si viajas más allá de la apariencia…,
quizás algún atisbo de tu Esencia
se cuele por detrás de los reflejos…
Y un eco tan profundo como añejo,
surgiendo en ti, desde lo más interno,
te habrá de recordar que eres eterno…
¡mientras asoma tu alma en el espejo…!
¿En dónde se detiene tu mirada…?
¿Acaso se te queda congelada
en lo que no te gusta del reflejo…?
¿Se te hace inevitable ese cotejo
con quién has sido hasta hace un tiempo atrás…,
y en cada nueva arruga pertinaz,
sientes que tu combate es desparejo…?
¿O tal vez se presenta un dolor viejo
en la sombra que vaga por tus ojos…,
y en esa crispación de los enojos
que cruzan con su tajo tu entrecejo…?
Y es que a veces, amigo, los espejos
ofician como puertas giratorias…,
y pueden conducirte a las memorias
de tus antiguos traumas y complejos…
Pero si haces a un lado esos manejos
del ego que te acecha en duplicado,
y te entregas, tenaz y concentrado,
a escrutar tu verdad sin aparejos,
podrás ver desfilar -como un cortejo-,
destellos de tus vidas anteriores:
¡un compendio de todos tus dolores
que se mezclan con todos tus festejos!
Y sentirás de pronto, allí, perplejo,
que nada en tu existencia fue casual…,
-mientras te observan, tras de su espiral,
los personajes de tus roles viejos-.
Aunque si miras más profundo y lejos…,
si viajas más allá de la apariencia…,
quizás algún atisbo de tu Esencia
se cuele por detrás de los reflejos…
Y un eco tan profundo como añejo,
surgiendo en ti, desde lo más interno,
te habrá de recordar que eres eterno…
¡mientras asoma tu alma en el espejo…!
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